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Soy de RRHH
Los vales de comida y los vales de comida son dos prestaciones que pueden suponer una gran diferencia para la satisfacción y el bienestar de los empleados, así como incentivos fiscales para las empresas.
Además, según el Estudio de las Mejores Empresas para Trabajar, que mapeó las empresas de todo Brasil en 2023, la remuneración y los beneficios están entre los principales puntos que definen la retención de los empleados.
Pero, ¿sabe qué ofrece cada una de estas ventajas y cómo aplicarlas estratégicamente? Te lo explicamos todo en este artículo.
El vale de comida es una prestación que conceden las empresas a sus empleados para la compra de productos alimenticios en mercados, supermercados y otros establecimientos comerciales.
Esta prestación está regulada por el Programa de Alimentación para los Trabajadores (PAT), cuyo objetivo es mejorar las condiciones nutricionales de los trabajadores para prevenir enfermedades, promover la salud y aumentar la calidad de vida, lo que redunda en una mayor productividad.
Así, las empresas adheridas al PAT pueden ofrecer vales de comida a través de tarjetas magnéticas, tickets o vales, aceptados en una red acreditada de establecimientos.
Los vales de comida son un beneficio corporativo que las empresas proporcionan a sus empleados para que los utilicen en restaurantes, merenderos, cafeterías y otros establecimientos de alimentación.
Esta prestación permite a los empleados tener acceso a comidas preparadas durante su jornada laboral, lo que facilita comer fuera de casa y ahorra tiempo.
Al igual que los vales de comida, los vales de comida pueden administrarse mediante tarjetas magnéticas o electrónicas que se cargan mensualmente con una cantidad determinada estipulada por la empresa.
Es importante recordar que tanto los vales de comida como los vales de comida estarán sujetos a la ley de portabilidad a partir del segundo semestre de 2024.
Aunque ambas prestaciones están destinadas a alimentar a los empleados, los vales de comida y los vales de comida tienen finalidades y normativas diferentes, que repercuten directamente en el uso que hacen de ellos los beneficiarios.
Mientras que los vales de comida se utilizan para comprar alimentos y otros artículos -excluidas las bebidas alcohólicas-, los vales de comida sirven para pagar comidas en restaurantes, merenderos, cafeterías y otros establecimientos de comida preparada.
Los cupones de alimentos y los vales de comida están regulados principalmente por el Programa de Alimentación de los Trabajadores (PAT), establecido por la Ley nº 6.321 de 14 de abril de 1976.
El objetivo principal es mejorar las condiciones nutricionales de los trabajadores, especialmente de los que tienen rentas más bajas, con vistas a prevenir enfermedades, promover la salud y aumentar la calidad de vida y la productividad en el trabajo.
Además, el propio CLT describe los vales de comida y comida en los artículos 457 y 458:
Art. 457 - Además del salario debido y abonado directamente por el empresario como contraprestación por el servicio, las propinas recibidas por el trabajador se incluyen en la remuneración de éste a todos los efectos legales.
Art. 458 - Además del pago en metálico, el salario comprende, a todos los efectos legales, la alimentación, vivienda, vestido u otras prestaciones "in natura" que la empresa, en virtud del contrato o costumbre, proporcione habitualmente al trabajador. En ningún caso se permitirá el pago con bebidas alcohólicas o drogas nocivas.
Por lo tanto, los vales de comida y comida proporcionados de conformidad con el PAT no tienen carácter salarial.
En pocas palabras, esto significa que no se consideran parte del salario a efectos de cálculos laborales, como las horas extraordinarias, las vacaciones, el decimotercer salario y las cargas sociales, siempre que no se paguen en metálico.
A continuación se detallan las principales normas, incluidos los límites de las cuantías y las condiciones de utilización de estas prestaciones.
La legislación no establece un valor fijo ni un límite máximo para el valor de los vales de comida y comida. No obstante, la participación financiera de los trabajadores en el coste de las prestaciones está limitada a un máximo del 20% del coste directo de las prestaciones concedidas. Este límite se aplica globalmente para cada período de cálculo, que es anual, de conformidad con la legislación del impuesto sobre la renta.
Este límite significa que, independientemente de los costes totales asociados al suministro de vales de comida o comida por parte de la empresa, sólo se puede exigir a los trabajadores que contribuyan hasta el 20 por ciento de esta cantidad.
La norma pretende garantizar que las prestaciones sean accesibles a los trabajadores, manteniendo al mismo tiempo el objetivo de la PAT de mejorar las condiciones nutricionales y de salud de los empleados sin imponer una carga financiera excesiva.
Es importante recordar que los vales deben utilizarse exclusivamente para comprar alimentos o comidas, dependiendo de la naturaleza del vale (alimentos o comidas).
Por lo tanto, no está permitido convertir el valor de la prestación en efectivo.
Y, como ya se ha dicho, los vales de comida y comida no tienen carácter salarial y, por tanto, no se consideran parte del salario a efectos del cálculo laboral. Esta norma es crucial para evitar cargas adicionales sobre estas prestaciones.
Además, las prestaciones se cargan mensualmente en las tarjetas de los empleados. Es importante que las empresas y los empleados presten atención a la validez de los créditos, que pueden caducar si no se utilizan en un plazo especificado por el proveedor de prestaciones.
Por último, para garantizar el pago correcto y el cumplimiento de los requisitos legales, las empresas deben conservar la documentación adecuada sobre la distribución y el uso de los vales como parte de su afiliación al PAT.
El incumplimiento de la normativa PAT puede acarrear sanciones y la pérdida de beneficios fiscales.
Ofrecer prestaciones como vales de comida y comida conlleva una serie de ventajas tanto para los empleados como para las empresas.
Estos beneficios no sólo contribuyen a mejorar la calidad de vida de los empleados, sino que también pueden ser una herramienta estratégica para las empresas a la hora de atraer y retener talento, además de ofrecer importantes incentivos fiscales.
Vea más abajo.
La implantación de vales de comida y comida como beneficios corporativos requiere una planificación cuidadosa y la consideración de diversos factores para garantizar que sean valorados por los empleados y sostenibles para la empresa.
Y he aquí algunos consejos esenciales para optimizar la oferta de estas ventajas:
Antes de fijar el presupuesto para vales de comida y comida, es fundamental conocer las necesidades y preferencias de los empleados. Esto puede hacerse mediante encuestas o comentarios directos.
Así que, basándose en la información recopilada, defina un presupuesto que respete el coste de la vida en la región y sea financieramente viable para la empresa, asegurándose de que los importes de los vales sean adecuados y justos.
De este modo, supervise periódicamente el uso de las prestaciones para realizar los ajustes necesarios, asegurándose de que siguen respondiendo eficazmente a las necesidades de los empleados.
Para garantizar la calidad de los servicios, elija proveedores con buena reputación en el mercado y experiencia demostrada, que puedan garantizar la calidad del servicio y la satisfacción de los empleados.
Para ello, compruebe que el proveedor dispone de una amplia red de establecimientos acreditados, lo que facilitará a los empleados el acceso a los servicios en distintos lugares.
Además, elija proveedores que ofrezcan una buena atención al cliente y utilicen tecnología moderna, como aplicaciones móviles, que faciliten a los empleados el uso de sus vales y la gestión de sus prestaciones.
Ofrezca también a los empleados la opción de elegir o dividir el valor de las prestaciones entre vales de comida y comida, adaptándose a sus necesidades y preferencias personales.
Para ello, considere la posibilidad de crear paquetes de beneficios que integren otras categorías, como salud y transporte, aumentando así el valor percibido de los beneficios ofrecidos por la empresa.
Además, mantenga una comunicación clara y transparente sobre cómo funcionan las prestaciones, cómo se pueden utilizar y cuáles son sus ventajas, para garantizar que todos los empleados entienden y aprovechan al máximo las prestaciones que se ofrecen.
Es importante recordar que, para que las empresas puedan beneficiarse de los incentivos de la PAT, la prestación no debe pagarse en efectivo. Por lo tanto, utilizar una tarjeta multibeneficio es la mejor opción tanto para la empresa como para sus empleados.
La tarjeta multiprestación centraliza diferentes tipos de prestaciones en una única plataforma, lo que simplifica el proceso administrativo, reduce los costes operativos y minimiza los errores.
Además, los empleados pueden utilizar la tarjeta no sólo como vale de comida y comida, sino para una gran variedad de servicios y productos, eligiendo el que mejor se adapte a sus necesidades diarias, lo que aumenta el valor percibido de la prestación.
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Crédito de la imagen: Freepik.
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