Garantizar la cualificación adecuada es esencial tanto para atraer talento a la empresa como para ayudar al desarrollo de los empleados que ya forman parte del equipo. Sin embargo, para ello es esencial comprender las diferencias entre las habilidades blandas y las duras, así como la forma de desarrollarlas.
A lo largo de este artículo, usted aprenderá más sobre el tema y podrá aplicarlo en su empresa, asegurando profesionales mejor preparados, más desarrollados y comprometidos.
¿Qué son las competencias blandas y duras?
Lo primero que debemos entender es el significado del término "habilidad". En la traducción del inglés al portugués, "skill" significa "habilidad". En otras palabras, podemos dividir las habilidades de un profesional en dos esferas distintas: habilidades blandas y habilidades duras.
Las competencias duras son aquellas más técnicas que pueden medirse fácilmente. Pueden ser aprendidos por usted e identificados rápidamente, lo que a menudo se demuestra mediante diplomas y certificados de aptitud. Los cursos de grado, postgrado y técnicos, por ejemplo, suelen demostrar este tipo de conocimientos.
Por otro lado, las habilidades blandas suelen dejarse de lado cuando se evalúa a un empleado, pero no debería ser así. Se trata de las habilidades conductuales y sociales, que son más difíciles de metrificar de cualquier manera y también son más complejas de aprender y absorber, ya que dependen mucho más del perfil que de cualquier otra cosa. El liderazgo, la comunicación interpersonal, el espíritu de equipo y la proactividad son algunas de las habilidades blandas.
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¿Cómo desarrollar en el empleado?
Ahora que entiendes la diferencia entre las habilidades blandas y las duras, es mucho más fácil comprender que, para desarrollarlas, necesitas diferentes estrategias.
Si necesitas desarrollar una habilidad dura, es decir, una habilidad técnica en el profesional, ofrecer cursos, talleres y formación es la mejor salida. Pero también es posible aprender, por ejemplo, a través de vídeos en YouTube.
No es necesario seguir verdaderos cursos profesionales o técnicos, lo único que se necesita es que alguien que entienda del tema comparta esos conocimientos y que los que están al otro lado se comprometan a estudiar y a tratar de entender el tema (o a formarse, si es el caso) para desarrollar la habilidad.
Cuando se trata de habilidades blandas, es necesario prestar más atención. Es muy importante promover la retroalimentación del comportamiento y las charlas, además de tener una estrecha supervisión del liderazgo a diario, señalando lo que podría mejorarse y lo que es bueno. Sin embargo, es necesario prestar atención al perfil de la persona.
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Por ejemplo, los profesionales que tienen naturalmente dificultades de comunicación difícilmente se convertirán en los mejores oradores de la empresa, pero eso no significa que esta habilidad blanda no pueda desarrollarse hasta el punto necesario para hacer un buen trabajo.
Un buen profesional es esencialmente un conjunto y una combinación de habilidades blandas y duras. Si quiere mantener a sus empleados comprometidos, es esencial ayudarles a desarrollarse en ambas esferas.
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