Vivimos en constante mutación, y las formas de trabajar siguen los cambios de la sociedad en su conjunto y sus necesidades, especialmente tras el inicio de la pandemia de Covid-19. Una de las innovaciones que se han impuesto tras este periodo es el trabajo intermitente.
El trabajo intermitente es aquel que, en su contrato, no contempla ningún tipo de periodicidad fija, es decir, no se presta de forma continua. El concepto también se conoce con la expresión "trabajo esporádico", ya que permite contratar al empleado sin una jornada laboral previamente estipulada.
¿Quiere saber más sobre este modelo de trabajo y cómo funciona en la práctica? Vea el texto a continuación.
Ventajas e inconvenientes del trabajo intermitente
El trabajo intermitente tiene un formato diferente y puede generar muchas dudas tanto para la parte contratante como para la contratada. Vea algunas ventajas y desventajas para entender mejor su funcionamiento:
Ventajas
- está previsto en la legislación y el trabajador tiene sus derechos garantizados por el CLT (vacaciones, decimotercer salario, vacaciones, etc.);
- permite a las empresas contar con empleados de diferentes especialidades para situaciones específicas;
- libertad para que el empleado trabaje en diferentes empresas.
Desventajas
- dificultad para encajar en la cultura de la empresa y tener un sentido de pertenencia;
- el tiempo de disponibilidad, ya que por legislación la empresa debe llamar al profesional con al menos tres días de antelación;
- tiempo de respuesta al punto antes mencionado, ya que el trabajador debe regresar a la empresa con al menos un día hábil de antelación y, si no hay retorno, debe considerarse una respuesta negativa al servicio;
- no existe el derecho al seguro de desempleo.
Los retos de los RRHH
Las dificultades de RRHH con el modelo de trabajo intermitente tienen dos ámbitos diferentes.
La primera de ellas se refiere a la inclusión de ese profesional en la cultura de la empresa. Gran parte de la cultura de una empresa debe vivirse día a día, en las pequeñas situaciones e interacciones con los demás.
Sin embargo, como el trabajo intermitente tiene poca previsibilidad y puede ser que el empleado frecuente la organización en momentos muy espaciados, puede tardar mucho más en verse insertado en esta cultura. Esta dificultad para sentirse parte de algo puede repercutir directamente en la motivación y la productividad.
Además, otro reto importante es la fidelización de ese empleado y, en consecuencia, el control de la tasa de rotación de la empresa. Aunque exista una relación laboral, el periodo de inactividad del empleado genera preocupación, ya que no se le pagan los días que no trabaja, lo que puede llevarle a buscar otras oportunidades.
Conozca más modelos de trabajo en el blog de Alymente. ¿Qué tal si aprendes más sobre el trabajo híbrido?